Después de décadas en lo más alto de la moda internacional,
Carolina Herrera sigue sorprendiendo por su elegancia discreta, su
innovación sutil con líneas que engañan al ojo y parecen bailar entre
sí.
Para su colección de primavera-verano 2014, la diseñadora venezolana se inspiró en el trabajo de los artistas Carlos Cruz-Díez y Jesús Rafael Soto y jugó con la ilusión óptica de una tela moviéndose sobre la anterior, de una viscosa dinámica que alumbraba una mujer de sensualidad estilizada y una pedrería que provoca una suerte de espectáculo de sombras chinescas sobre los cuerpos de las modelos.
Para su colección de primavera-verano 2014, la diseñadora venezolana se inspiró en el trabajo de los artistas Carlos Cruz-Díez y Jesús Rafael Soto y jugó con la ilusión óptica de una tela moviéndose sobre la anterior, de una viscosa dinámica que alumbraba una mujer de sensualidad estilizada y una pedrería que provoca una suerte de espectáculo de sombras chinescas sobre los cuerpos de las modelos.
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